Con la primera civilización apareció el primer héroe. Ya conocen cómo funciona una sociedad humana: los ciudadanos viven y sobreviven, crecen junto a su gente y luchan por mejorar su panorama vital. En ese proceso existen depresiones y momentos de angustia. En ese momento aparecen los héroes. Las personas necesitan guías para seguir adelante. Apoyan su existencia en el ejemplo de otros seres humanos. Son individuos semejantes a nosotros pero gozan de una reputación merecida, basada en una historia personal de superación. Estas personas pueden pertenecer a nuestro entorno cercano. Pueden ser un padre, una hermana o un amigo lejano. Su presencia ilumina el camino. Su acción sienta cátedra. Seguro que conocen alguno. Trátenle bien: quedan pocos. No conviene perderlos.
Estas figuras pueden proceder también de otros mundos. Son los héroes del pueblo. Me refiero a esas personas, dueñas de una vivencia impactante, que son admiradas por la masa. El siglo veinte impulsó los fenómenos de masas. La interconexión mundial y las vías electrónicas aceleraron el proceso global. El deporte se vio implicado de lleno. Su expansión territorial e informativa fue excesiva. Cualquier habitante del planeta conoció el ascenso, el éxito y la caída de Michael Jordan. Todos reconocíamos sus gestos, admirábamos su juego y entendimos su importancia en el baloncesto mundial. Las masas eligieron nuevos referentes. El deporte generó grandes historias de superación y los medios de comunicación se encargaron de difundirlas. Todas sus disciplinas son aptas para ello.
El deporte permite crear modelos de actuación. Estamos ante una metáfora de la vida. Sus participantes representan una función, persiguen un objetivo y se esfuerzan por alcanzarlo. Todo ello crea un mundo aparte, en el que los obstáculos interrumpen y las dificultades entorpecen el paso. La depresión y la euforia, el éxito y el fracaso, la persistencia y la rendición se suceden constantemente. Ante todos estos estados de ánimo, existen dos opciones: caer o levantarse. Aquel que decide seguir y no mirar atrás, aquel que opta por luchar en la tristeza o derrota y aquel que demuestra coraje y corazón en su camino, ese es nuestro ejemplo. Ese es el héroe. Por todos ellos nace este blog. Para que su ejemplo perdure para siempre. Para recuperar sus historias anónimas. Porque ellos son nuestros héroes.

 
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